Terapias Gestalt en Zaragoza

Terapia Gestalt

Estoy especializada en adopción, duelo y acompañamiento a personas con enfermedades terminales, terapia individual, grupal y de pareja, trastornos del estado de ánimo, ansiedad, estrés, apoyo en los procesos personales y terapia online.

Conoce más acerca de estas terapias:

El miedo a la muerte está presente en nuestra sociedad, nos acompaña desde el momento en que nacemos, es uno de los miedos más universales del ser humano, ya sea nuestra propia muerte o la de las personas que queremos.

La ley de Amicca afirma que todas las cosas son impermanentes, no somos inmortales, si no aceptamos esta ley universal sufrimos. Nada es permanente.

Vivimos sin mirar a la muerte a los ojos, pensando que de ese modo no nos va a pillar, pero siempre llega porque la muerte es parte de la vida, a todos nos va a pasar, aunque nunca nos parezca un buen momento.

No hay una forma “perfecta” de vivir la muerte ni el duelo, pero si que podemos hacer un duelo sano.

Atravesamos fases, no es siempre para todos igual, no hay ningún guión, en las que vivenciamos:

La negación. Nos ayuda a amortiguar el golpe de la muerte, pero no puede ser eterna, la realidad nos lo recuerda.

La ira. Sintiendo rabia y buscando responsables, nos enseña que la muerte es irreversible, a veces proyectamos esa rabia hacia nosotros, otras hacia el entorno.

La negociación. Fantaseamos con la idea de que algo puede cambiar el hecho de la muerte, ¿y si hubiera hecho esto o lo otro?, ¿Qué habría pasado si…?

La depresión. Chocamos con la tristeza profunda y el vacío.

La aceptación. Aprendemos a convivir con el dolor emocional sabiendo que el ser querido ya no está en este mundo.

Todo esto aderezado muchas veces por el sentimiento de culpa, de todo lo que no hice, no dije.

Morir es difícil, afrontar la muerte con serenidad no es algo para lo que estemos preparados en la mayoría de los casos, trabajar su aceptación es aprender a vivir.

Siempre quise ser madre, pero nunca idealicé la maternidad biológica. Soy madre de dos hijas, una biológica y otra adoptada.

Desde muy joven me di cuenta que para mí la maternidad sólo era una cuestión de amor, no de sangre, ni de raza. En mi caso opte por la adopción internacional

Construir un hogar con un hijo adoptado tiene dificultades añadidas respecto a los hijos biológicos. En algunos casos hacer un duelo a la infertilidad, vencer los miedos, fantasear sobre las repercusiones de su herencia biológica, saber que formaremos una familia distinta, afrontar la mirada ajena, responder a sus preguntas cada día, poniéndonos en su piel, empatizando con ellos.

En el caso de la adopción internacional, el hecho de provenir de otro país, otra etnia, otro idioma, color de piel, culturas distintas, etc. conlleva consigo características que los padres deben conocer para poder hacerles frente. Pero no podemos reconocerlas antes de la adopción por lo que hemos de asumirlas cuando nuestros hijos estén ya en nuestra familia.

Los padres adoptivos nos hacemos cargo de una escena en la que no tuvimos ningún papel, y dependerá mucho el resultado de como elaboremos esta nueva situación. No debemos olvidar que para ser adoptado el niño ha sido abandonado, un abandono real por parte de los progenitores.

Acompañar el proceso de formación de identidad de los hijos no es fácil, en el caso de la adopción sabes que tu hijo no viene sólo, trae consigo un pasado, su biología, su temperamento y probablemente vivencias que quedaron grabadas en su memoria celular.

Ser madre o padre por la vía de la adopción, incluye un plus de trabajo para vincular la nueva familia, sin olvidar que muchos de estos niños tienen heridas emocionales que no son fáciles de sanar.

Aún recuerdo la amalgama de sensaciones y sentimientos que se agolpaban dentro de mí. Me cuestionaba a mí misma en muchos momentos, dudaba de si lo estaba haciendo bien o mal. Me di cuenta que para ser una “mejor” madre tenía que sanar mi niña interior.

Es importante conectar con nuestro auténtico niño interior, aunque lo tengamos olvidado, aquel que era capaz de sorprenderse, que repetía una y mil veces el mismo chiste y se reía cada vez, el que se maravillaba por cualquier cosa. Porque cuando conectamos con el niño interior que tenía carencias, bien sean emocionales o del tipo que sean, sin darnos cuenta colmamos a nuestros hijos de lo que nosotros carecimos, y tal vez no sea lo que ellos echen de menos o necesiten.

Sé que no es sencillo, pero si quieres puedo acompañarte. Tanto si ya tienes a tu hijo contigo o estas en el proceso de adopción, por experiencia propia, sé que no es fácil la espera. Podremos explorar juntos, mejorar la comunicación con tu hijo, contribuir al bienestar emocional y facilitar una convivencia más gratificante para todos.

Todos tenemos heridas de la infancia, duele tocarlas, parecen curadas, pero muchas veces están solo parcheadas. Juntos podemos mirarlas de frente y ponerles nombre. Muchas veces el entorno no cambia pero si nuestra mirada.

Desde la Gestalt entendemos la terapia como un acompañamiento, con una mirada integral y orientada al ser humano. Un encuentro entre personas, sin juicios, dándonos cuenta de qué es lo que hacemos y como lo hacemos y la repercusión que tiene en nuestro entorno, responsabilizándonos de lo que es nuestro, de nuestra propia vida, y decidiendo cambiarla si es lo que queremos.

La vida de cualquier tipo de pareja ha de cuidarse, crear espacios donde sentirnos acompañados y podamos expresarnos libremente sintiéndonos escuchados y escuchando al otro.

No siempre se cumplen nuestras expectativas, ni todos los encuentros son positivos, a veces se viven situaciones dolorosas y traumáticas, tóxicas, relaciones dependientes de las que no podemos salir.

Juntos podemos viajar hasta el origen, detectar las debilidades, despertar para tener una relación plena y fortalecernos como individuos, pudiendo así enriquecernos como pareja.

Cada vez hay más parejas en las consultas, no solamente podemos ir a terapia porque estemos en crisis, sino porque queramos vivir más plenamente nuestra relación.

A raíz de la situación que estamos viviendo con el Covid-19, muchas cosas han cambiado de manera drástica.

La manera de mirar y vivir esta situación no es para todos la misma, nos lleva por terrenos poco firmes, desconocidos.

Siéntete seguro con la terapia online sin moverte de casa o si viajas y vives demasiado lejos

Puedo ayudarte a cuidar tu salud mental, a estructurar tus pensamientos.